sábado, 28 de enero de 2017

Recuerdo infantil, desde distintos puntos de vista

Hace tiempo, en un recital de poesía en mi cole recordé un poema aprendido de memoria en el cole y olvidado casi en el mismo tiempo: Recuerdo infantil, de Antonio Machado
De repente, aquellas letras tomaban otra forma en mi cabeza. 
Ahora, al pedirnos en el curso que hagamos un poemario relativo a la educación ha vuelto a mi memoria este texto. creo que tiene que ver: mientras nosotros intentamos que los chicos aprendan en clase, ellos miran por la ventana y prefieren estar fuera, incluso cuando llueve.
Creo que nuestra función es hacer que quieran aprender, que aprovechen ese tiempo y retener su atención en lo que sucede en el aula, llueva o no. Es más, deberían ser ellos quienes nos pidieran aprovechar el tiempo antes de que pase. Quienes estuvieran deseosos de aprender, que no perdieran esa curiosidad infantil...
Quizá deberíamos plantearnos cómo esta situación es extrapolable a nuestras asignaturas. Si no eres profe de mates, seguro que puedes llevar esta situación a la explicación de un sujeto, o de las fases de la fotosíntesis, la tabla periódica, el funcionamiento de una polea, la carrera de calentamiento de todos los inicio de clase de Educación Física (¡ojo, no se dice "Gimnasia"!)...
Quizá no seamos tan viejos, ni tan enjutos ni vayamos mal vestidos, como este maestro de Antonio Machado. Pero quizá, para nuestros alumnos la imagen que ellos reciben se parezca más a esto de lo que nosotros nos imaginamos.

La escuela cambia, y nosotros debemos cambiar con ella. Si los chicos cambian, su entorno cambia, su forma de relacionarse cambia y la educación que reciben de sus padres está a años luz de la nuestra, no podemos esperar que se comporten como lo hacíamos nosotros.
Por ello, para no morir en el intento, debemos cambiar nuestra forma de dar la clase y alejarnos lo más posible de esta imagen de anciano grisáceo y monocorde que aludía Machado.
En mis clases de Sintaxis de 2º de ESO intento combinar dos aspectos: 
- por un lado, la claridad con que me lo explicaron a mí y que me hizo entender la sintaxis con 12 años y casi no volverla a estudiar después, aunque sí analicé muuuchas oraciones de todo tipo.
- y por otro, las nuevas tecnologías, utilizar ejemplos que les resulten más cercanos y que les puedan valer de referencia para acordarse de los ejemplos que las asépticas y aburridas frases que se utilizaban en el pasado.

Los mayores cambios han venido de internet. Para lo bueno y para lo malo.
Por lo malo, tenemos la caída de la figura del profesor del pedestal en el que se encontraba: el maestro era un ser que todo lo sabía, que tenía respuestas para todo, al que había que admirar, respetar y temer.
Por el lado positivo (para no dejar mal sabor de boca), esa herramienta del ordenador, internet hasta en el móvil, se tiene que convertir en nuestro aliado y en un engranaje más de nuestras clases, no en un enemigo al que dejemos excluido fuera del aula y del recinto escolar. Porque cuando nuestros alumnos salen es su forma de comunicarse, de entretenerse... de vivir.
Además, debemos ser nosotros quienes les enseñen no solo a usar estas nuevas herramientas como una ayuda, sino también a moverse en ellas, a protegerse... a que se conviertan en sus aliadas presentes y futuras y no en su perdición.

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